¿Cómo se puede empezar una nueva empresa de éxito cuando muchas grandes empresas están ya en el mercado con la misma idea?
La respuesta más tentadora es “no competir”. ¿Pero es la correcta? Pues depende. Porque, ¿alguien conoce muchos negocios que no tengan mucha competencia? Claro, empezar una empresa con un mercado lleno de competidores es duro. Pero, ¿alguien sabe que Facebook entró en el mercado cuando ya habían al menos cinco redes sociales establecidas? Una de ellas … myspace con millones de usuarios. Y dónde está hoy Myspace y dónde está Facebook…
En realidad como decía uno de los grandes especialistas del Marketing, Philip Kotler, todos los mercados tienden a comoditizarse. O sea, un mercado atractivo para los clientes, que funciona, es un mercado que llama a la competencia. Y la competencia suele generar convergencia en el producto y una guerra de precios, que a su vez conlleva a buscar de forma desesperada ser más eficiente y reducir costes, simplificando procesos, optimizando recursos, y comoditizando el producto…. que a su vez conduce a más bajada de precios. ¡¡¡Buf, qué estrés!!! En ese modelo sólo los muy grandes, que pueden lograr economías de escala, pueden sobrevivir. Y es realmente poco atractivo como mercado, sino, que le pregunten a los “hard-discount”.
O sea, que pase lo que pase, si nos va bien vamos a tener competidores. Y si el mercado es muy atractivo, vamos a tener muchos competidores, y seguramente más grandes y con más recursos que nosotros.
¿Entonces qué opción tenemos para sobrevivir en ese contexto?
Intentar alejarnos de la carrera de comoditización mediante la estrategia de diferenciación. Se trata de innovar. Se trata de no hacer lo mismo que todos, ni sobretodo de la misma manera. Se trata de escoger bien el grupo de clientes al que queremos capturar – llamado target- y decidir estratégicamente qué queremos hacer muy, muy bien para ese target específico, que por cierto, va a valorar nuestra oferta más que la de nuestros competidores.
Y un punto clave es que para ser realmente bueno en lo que valoran nuestros clientes potenciales vamos a tener que renunciar. Renunciar a hacer todo aquello que no valoran y que nos va a diferenciar. Renunciar por diseño. ¡Qué difícil nos resulta renunciar a los emprendedores! Queremos hacer de todo y para todos … y hacerlo bien es, lamento ser categórico, simplemente imposible. Al revés, eso nos conduce a la mediocridad y no a la diferenciación. Porque no tenemos tiempo, ni recursos, ni energía para hacer muchas cosas bien… ¿O sí?
Si vas a empezar una nueva empresa, haya o no competidores (los habrá), lo más importante es tener muchísima ilusión por el proyecto, elegir en qué vamos a ser muy buenos y plantearse una estrategia de diferenciación para arrancar y una forma de revisarla en el tiempo. Y es que la única forma se sobrevivir al mercado y a nosotros mismos es reinventarnos continuamente, o sea, innovar para diferenciarnos.